Hoy cierro la primera temporada de este proyecto. Un buen plan nació hace algo más de un año, en febrero de 2020: con los 30 recién cumplidos y la pandemia a punto de dar la campanada en Europa. Publiqué la primera entrada el 29 de febrero y no me atreví a publicar la segunda hasta el 5 de abril. Esta pausa fue una mezcla del schock del confinamiento y la parálisis por análisis. A raíz de asistir por segunda vez al curso Building a Second Brain en abril de 2020 me propuse como proyecto publicar semanalmente durante las cinco semanas que duró el curso. Al terminar esas cinco semanas me lo estaba pasando tan bien que me comprometí conmigo misma y desde entonces he publicado entradas semanales (con algunas excepciones como Navidad, mi cumpleaños, etc).

Este compromiso me lo debía a mí misma desde hacía mucho tiempo. Llevaba años queriendo tener un proyecto personal, planeando, imaginándome como sería, medio empezando y esbozando ideas pero sin conseguir pasar a la acción. Me ponía excusas de todo tipo: no tengo el tema perfecto que tratar; no me convence la idea; no sé si esto es lo que quiero de verdad; la gente se va a reir; solo me va a leer mi madre… y así hasta aburrirme a mí misma.

Una de las herramientas que me ha ayudado inmensamente a lidiar con este bucle de pensamientos y pasar a la acción es ACT: la terapia de aceptación y compromiso, que trabajé con mi terapeuta Helena Colodro y luego con Marina Díaz en su curso Reescríbete. El objetivo de ACT es acceder a tu poder personal y flexibilidad cognitiva, que se definen como tu capacidad para actuar de forma distinta frente a los desafíos. En definitiva: contar con capacidad de maniobra y actuar según tus valores.

Siempre digo que el dinero que me he gastado en terapia con Helena y en las formaciones que le he comprado a Marina Díaz son más valiosas que todos los otros cursos que he hecho. Sin estas herramientas no existiría este blog. No me serviría de nada gestionar conocimiento con métodos novedosos y tener las aplicaciones de notas más punteras si no hubiese entrado en acción y dejado mis pensamientos desagradables ahí, sin pretender exterminarlos para siempre pero haciéndoles mucho menos caso, sintiendo qué es actuar con ellos por ahí pululando.

Y de aquí viene el nombre del blog. Un buen plan es el plan que por fin me atrevo a lanzar y por eso mismo es un buen plan: no es el plan perfecto, ni el que cuenta con más estrategia, ni el mejor diseño… es un buen plan. El que existe, el que es tangible, el que me hace confiar y creerme que hago lo que me propongo.

Recuerdo la sensación de adrenalina al publicar las primeras entradas y sobre todo al ver que conseguía ser constante y publicar semanalmente. Recuerdo con mucha alegría los comentarios de familiares, amigos, y especialmente los primeros comentarios y retuits de desconocidos que fueron llegando, intentando asimilar que había personas más allá de mi círculo que estuvieran interesadas en mi blog en sus comienzos.

Me hace ilusión haberme permitido escribir sobre temas que sabía que no le interesarían a todas las personas que iban llegando al blog a través del mundo de la gestión del conocimiento personal, pero sabiendo que eran temas importantes para mí y sobre los que me apetecía escribir en ese momento. Estoy segura de que este ha sido un factor clave para la sostenibilidad y la constancia del proyecto.

En julio lancé mi newsletter y decidí no regalar nada a cambio de la suscripción, una táctica muy usada para captar suscriptores. Lo que más disfruto de la newsletter es saber que las personas que se han suscrito quieren saber de mí y recibir un email con la entrada y con alguna reflexión que no comparto aquí y que no solo se han suscrito para recibir un pdf que probablemente nunca leerán y seguidamente se darán de baja.

La newsletter supone una forma más cercana de interactuar y a día de hoy hay unas doscientas personas suscritas. A algunos les parecerá poco, a otros mucho: a mí me parece que el crecimiento sostenible de este proyecto va genial con mis principios. Por cierto, no miro las métricas de apertura de la newsletter porque me parece un poco creepy saber quién y a qué hora abre el mail.

Algunos hitos desde que empecé el blog

En verano empecé con Roman la jungla digital, en septiembre fui mentora por primera vez en Building a Second Brain, en octubre se publicó El método Zettelkasten, en noviembre convoqué el club de lectura del mismo libro, en diciembre empecé a trabajar en Notion como Language Lead, en febrero impartí el primer taller sobre el método PARA en español (mi primer «producto»), en abril impartí un taller en otra comunidad, en mayo nos reunimos algunos lectores y lectoras todas las mañanas a las 7:15 durante una hora para trabajar en nuestra gestión del conocimento y también he vuelto a Building a Second Brain como mentora senior.

Es muy probable que muchos de estos hitos no hubieran sido posible si no me hubiera lanzado a empezar este proyecto. Si me hubiera quedado enredada en mis pensamientos, en mis y si… en planear y esbozar.

Mi yo del pasado ha sido muy amable con mi yo del futuro para posibilitarle todas estas aventuras, sembrando semillas y regándolas semana a semana. Mi yo del presente se pone el delantal de jardinera y recoge los frutos, muy muy muy agradecida, sabiendo que esa yo del pasado no siempre tenía ganas de ponerse a escribir, de contestar emails, de pasarse otro domingo releyendo notas, artículos y libros y escribiendo algo publicable. Mi yo del presente sabe que está dispuesta a seguir sembrando y regando, porque sabe cuales son sus valores y cómo actuar de acuerdo a ellos. No me olvido de que me lo estoy pasando bien, otro factor que apoya la sostenibilidad.

A todos y a todas las que habéis formado parte de esta primera temporada de un buen plan: gracias 💖. Si he conseguido ser perseverante, además de por todas las razones que he nombrado, es gracias a vuestros comentarios, emails, apoyo, tuits… por la comunidad que habéis creado alrededor del proyecto. A cada uno y a cada una de vosotros, gracias de corazón.

Ahora me toca encarar una mudanza, unas merecidas vacaciones con mi familia en España (llevo sin verlos desde enero de 2020) y una pausa para leer y pensar y planear los siguientes pasos del proyecto. Pero ya tengo interiorizado eso de planear solo lo justo y pasar a la acción cuanto antes, así que os veré más pronto que tarde.

Por muchas temporadas más, ¿no? Por ahora la segunda comienza en julio, hasta entonces: un abrazo.

Escrito por:Guía Carmona

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